El destacado practicante de artes marciales, Juan Antilef, que es ciego y pretende poner en marcha una escuela de defensa personal en el Club naútico de nuestra ciudad, con cuidadoso protocolo, no logra que la burocracia municipal le defina si autoriza o no su emprendimiento, haciéndole padecer un cotidiano «vía crucis» entre sus dependencias. Antilef considera que no es respetado por los funcionarios comunales.