Tras las elecciones del pasado domingo, en la que parte del pueblo de la nación argentina eligió, quienes los representarán a partir del 10 de diciembre, en el alguna vez. “Honorable” Congreso de nuestro país.
Concluido el acto comicial, nuestra participación, al menos hasta dentro de 2 años, será la de dejar de ser “Ciudadanos”, y hasta tanto volvamos a votar, nuestro único rol en esta democracia donde prosperan indecentes, corruptos, inútiles y vagos, será el de “pagar la fiesta” que estos disfrutan.
El ciudadano promedió sostiene al estado a través de 148 impuestos, tasas, gabelas, nacionales, provinciales y municipales, entregando a las arcas estatales hasta el 35 % en impuestos.
Según la Inteligencia Artificial IA, “A nivel nacional, los impuestos más comunes incluyen el Impuesto a las Ganancias y el Impuesto al Valor Agregado (IVA). Los impuestos provinciales varían según la región, siendo los más comunes el Impuesto sobre los Ingresos Brutos y el Impuesto de Sellos.
Un estudio de la Oficina de Presupuesto del Congreso reveló que existen más de 150 impuestos que impactan la actividad económica en todo el país, y algunas localidades acumulan entre 21 y 40 impuestos diferentes en los tres niveles de gobierno.”
Esta situación, reducirnos a simples “pagadores” no se ve reflejada en que las rutas sean transitables, los hospitales tengan profesionales, técnicos, etc. e insumos y remedios; que las escuelas no tengan lo necesario para enseñar a nuestros hijos o nietos; o que la policía tenga patrulleros, recursos y efectivos para brindarnos la seguridad que precisamos, y así en cada rubro gubernamental, no se nota que llegue el dinero que ud. aporta.
Menos los políticos y quienes “mojan el pancito” en las arcas públicas, nacionales, provinciales y municipales, el pueblo argentino viene haciendo un gran esfuerzo para ver de enderezar el “rumbo de colisión” que lleva “viento en popa” a nuestra patria querida.
Todos menos ellos, los políticos, oficialistas y opositores “e ainda mais” hemos reducido nuestros consumos, limitado gastos y exprimido cada moneda para subsistir, en un país en el que paradojalmente hasta el que trabaja “como Dios Manda”, no llega a fin de mes.
Esta situación nos convierte a nosotros en “partícipes necesarios”, porque ninguno de los que disfruta sus magníficamente remunerados cargos, bajó de un plato volador, sino que con nuestro voto, o por no haber ido a votar, están donde están.
De nosotros depende volver a ser “ciudadanos” y no simples “Contribuyentes”. JULIO RAMÓN ALCALDE.-
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