En estas últimas horas asumieron sus responsabilidades el presidente de la nación, entre otros, el gobernador de Río Negro, y el intendente municipal de nuestra comunidad junto a sus gabinetes, congresales, legisladores y concejales, por mandato del pueblo de la república argentina, expresado categóricamente en las urnas.
No deben olvidar los elegidos que no lo fueron por sus virtudes, sino por un humor social contra la política y sus actores, que a lo largo de 40 años de vida democrática no han sabido, querido o podido, mejorar las condiciones de vida del pueblo, en el que supuestamente en su nombre, gobernaron y nos trajeron hasta el borde del precipicio donde hoy estamos.
Nuestra gente, que perdió toda esperanza y los ganó el hartazgo de una dirigencia que impúdicamente prosperó, mientras millones de compatriotas se sumergieron en la pobreza y vieron naufragar sus esfuerzos, sueños y proyectos.
La política, a los ojos de quienes con sus tributos la sostienen, perdió honorabilidad. Ven que quien llega a las responsabilidades que se le confían con el voto, no cumple mínimamente con lo prometido, para obtener los votos de quienes lo llevaron a donde están.
El pueblo dijo basta de más de lo mismo, queremos que nuestros gobernantes sean “servidores públicos” y no quienes se “sirven de lo público”.
Porque es intolerable que un país que tiene el potencial productivo para alimentar a 400 millones de personas no pueda alimentar a más de la mitad de sus 45 millones de habitantes, que no pueda educar frente a futuro a sus hijos, que no pueda cuidar a la gente honesta, que no pueda curar a sus enfermos y hacer que la única salida que hoy visualizan los jovenes es Ezeiza.
Por tanta deuda con sus mandatarios, señores gobernantes, no nos vuelvan a defraudar. Julio Ramón Alcalde.
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