Esto Creo: La eterna vigencia de “Gattopardo” – Por Julio Alcalde

Giuseppe Tomassi di Lampedusa (1896 * 1957) expuso su paradoja en su única novela: “Cambiar todo para que nada cambie”, y en la misma, ambientada en la reunificación Italiana, cuando cínicamente, los defensores del antiguo régimen se amoldaron al triunfo inevitable de la revolución, usándolo en su propio beneficio. “Gattopardismo” o “Lampedusiano” grafican anticipadamente lo que ocurrió hace unos días en nuestro país tras las elecciones generales.

En nuestra publicación anterior, señalábamos que “No destapen el champagne, todavía” porque, entre las 2 fuerzas que llegan al ballotage, habían quedado unos 8 millones de electores que no votaron ni a Massa ni a Milei y que el objetivo a conquistar para llegar a la presidencia justamente surgiría de quien lograra cautivar a la mayor parte de esa cantidad de ciudadanos.

A pesar de su predica antisistema y su fuerte ensañamiento con “La Casta”, Milei, que no mezquino calificativos agraviantes contra las huestes del padre de la mitad de “la grieta”, fue seducido por los “cantos de sirena” de Macri y en vergonzante concubinato unieron fuerzas para, según dicen: “Borrar al Kirchnerismo”.

Massa tampoco deja de pasar la red por todo el arco electoral buscando la diferencia de votos que lo transforme en el futuro “inquilino de Balcarce 50” olvidando agravios y contradicciones.


Hasta aquí lo factico, lo real, es que ambos candidatos producen alquimias, absolutamente contrarias a los millones de argentinos que votaron por ellos, sin ponerse colorados, y digo alquimias porque al igual que con la búsqueda de la piedra filosofal, ellos, cada uno por su lado, quieren mezclar el agua con el aceite.
Esta situación, rescata la vieja película de 1963 en la que Lucino Visconti expone la paradoja de Lampedusa. “Los de siempre”, es decir los que medraron y prosperaron exponencialmente en la política de los últimos 40 años, engulleron de un solo tarascón al que prometía cambiar justamente esa modalidad.

“Donde hay un cargo, viejo Gómez” seria un buen titulo para estos enjuagues, recordando la rancherita que cantaba Tita Merello hace décadas, porque nadie vaya a creer que estos engendros tienen que ver con la intención o voluntad de solucionar los padecimientos cotidianos, que tanto Massa como Macri en su momento, supieron legarnos en un verdadero “exitoso fracaso”. No, siguen demostrando impúdicamente que solo apetecen permanecer “cerca del queso” para seguir llevándose su tajada.

Me pregunto: ¿con que cara van a mirar a sus electores, a los que convocaron y consultaron en las urnas para llegar donde llegaron y ahora sin importarles su mandato hacen exactamente lo contrario de los que sus electores esperaban.

Si la política y los políticos ya venían degradados en la consideración social de sus compatriotas, con estas piruetas oportunistas reavivan la eterna vigencia de Gattopardo: “Cambiar todo para que no cambie nada».

Julio Ramon Alcalde.

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