Las reiteradas y cada vez mas frecuentes ausencias de Jorge Adrian Casadei a su despacho, sumado al creciente poder que acumula el Secretario de Ambiente, Oscar Echeverría, llevan a preguntarse si quién eligió el pueblo sanantoniense para que lo gobierne por cuarta vez, realmente esta a cargo de esta responsabilidad.
Echeverría que ostenta la peor imagen de todo el gabinete ejecutivo municipal para el grueso de los vecinos, por las chambonadas logradas a lo largo de su gestión cada día tiene mayor ingerencia en las decisiones que por inacción o falta de intervención facilita Casadei.
El funcionario «a préstamo» por el gobierno provincial, envió al Concejo Deliberante un proyecto sobre la venta de tierras comunales, entre los que figura uno, que contraviniendo la legislación previa, pretende urbanizar un s ector tangencial y hasta en alguna parte superpuesto a la zona de sacrificio donde yace la «ganga» de la ex fundición de Mina «Gonzalito» con el consiguiente riesgo para sus futuros adquirentes.| El proyecto es tan atrevido que hasta los propios concejales oficalistas les cuesta apoyar y defenderlo, ya que conocen, lo que ignora Echeverría que en el lugar se encuentra los bolsones de escrias de metales pesados y toxicos mas peligrosos y que no fueron remediados en su oportunidad.
En la calle son mas directos, Echeverría es un apasionado de las consultoras ajenas a nuestra comunidad y por caso convoco a los colegios profesionales de nuestra comunidad y otros referentes pero no a la «Multisectorial del Plomo» donde participan profesionales, científicos y técnicos que saben a la perfección el riesgo que tal proyecto en esa zona implica. Este hecho es apenas «una de las tantas» que llevan a la pregunta que titula esta opinión ya que a Echeverría no lo eligio nadie, solo el intendente quien lo sostiene contra viento y marea, a sabiendas que «el saco le queda grande» y que sus chambonadas afectan a toda su gestión.
Todos sabemos que Casadei no quería seguir en política y volver a su puesto de bogado de la aduana a la espera de una jugosa jubilación, pero debe recuperar la centralidad del poder, que la gente vea que esta al frente del puesto que el pueblo con sus votos le confió. No es hora, habida cuenta la dura situación imperante que gobiernen «Favoritos» o «Válidos» , en la tormenta al timón debe estar el capitan , no el grumete o el cocinero, ya que los rumbos que adopten lo llevarán hacia los arrecifes o a buen puerto y deberá dar cuentas a todos los que estamos a bordo, no solo de él sino de todo su equipo. Julio Ramón ALCALDE
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